Se tiró días sentada en una silla
mirando por la ventana como pasaba el tiempo preguntandose
porque te habías ido, la razón de tú ausencia, tenía pesadillas todas y cada una de las noches en las que te ausentaste,
no consiguió superarte. No reía, no se le veía el color en las mejillas que tenía cuando estaba contigo, hizo absurdas estupideces
con tal de acabar con ese dolor, pero
jamás se fue. Lo poco que hablé con ella me dijo que tenía tal dolor en el pecho que
quería arrancarselo y que tenía un vacío dentro que
jamás podría llenar.
Te suplico que vuelvas, se que la echas de menos.
No es nada sin ti.
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