Hacerla reír era trabajo fácil, muchos lo consiguieron. Lo difícil era mantenerle la sonrisa, y ahí, era donde fallaban todos y cada uno de ellos.
Que sólo trata de sentir más y calcular menos.
El invierno sin amor le suena a infierno.
Es un corazón grande rodeado de diminutos corazones que no se la merecen.
Su manera de reír es inconfundible al igual que su profunda mirada.
Todo el mundo quiere ser dueño de su corazón pero todos consiguen lo mismo, echarle un polvo al acabar la fiesta de un sábado noche, y luego ella, al amanecer, se irá dejando el olor de su perfume en tus sabanas y siempre dejará en ti mas ganas de ella pero has de saber que solo la podrás probar una vez.
Y así va, de cama en cama, siendo la chica tímida y callada de tanto dolor que le han causado pero a la vez, es lo mas bonito que se te ha podido poner delante de tus narices.
Acabará por causarte un gran dolor de cabeza por no poder dejar de pensar en ella.
Y ella desde que le hicieron daño era así, era el típico ''mito'' entre los hombres. Hasta que se volvió a enamorar.