Aquella ventana abierta, aquella copa medio llena, aquel aroma a mar... perderte por completo era simplemente era mi destino, y volverme loca de amor era un futuro ya escrito de mi destino... todo esto lo intuí en las sabanas blancas abrazada a ti... sentirte en ese instante mío, era algo mágico, no pensaba soltarte hasta que amaneció... la ventana aun estaba cerrada, la copa llena, el lugar sin aroma a mar, era un aroma a tu colonia que por nada del mundo cambiaria, pensé (todo saldrá bien, tendré que asumir lo que pase) en ese instante, te levantaste, te acercaste a mi, dándome un beso en la mejilla y diciendo (buenos días princesa) yo, me levante y te dije (te tendrás que ir como siempre ¿no?) Tu cambiaste la expresión de la cara de alegría a tristeza (si...) me respondiste tras un suspiro, te dije (sí te tienes que ir hazlo, rápido, que no sea más difícil para los dos..) Te vestiste y desapareciste de esa habitación, dejando la copa medio llena, la ventana abierta y llevándote contigo tu aroma... pero se quedo tu triste (Volveré princesa)